lunes, 5 de marzo de 2012

El fenómeno del Fast Fashion

Como clientes no nos gusta esperar por las cosas; queremos que todo sea rápido y cómodo para nosotros. ¿Acaso pasa lo mismo con la moda?

El surgimiento de marcas dedicadas al Fast Fashion agobió a muchos diseñadores y editores de moda que pensaron acabaría con la exclusividad que una marca de diseñador te ofrece. Pero ahora, se puede ver que las tiendas con este tipo de mercancía se han vuelto más populares y han ganado terreno en la competitiva industria de la moda a nivel internacional.

El Fast Fashion refiere a crear piezas inspiradas, por no decir copiadas, de las más afamadas casas de moda. El proceso comienza en el desfile del diseñador conocido, digamos Miuccia Prada. En el espectáculo se muestran diseños inéditos que, en este caso, la marca Prada propone como tendencia para la temporada. Después de eso, tiendas como H&M, Zara o Topshop, se dan a la tarea de igualar las piezas icónicas de la colección y ponerlas a la venta al mismo tiempo en el que Prada las coloca en el punto de venta. Un gran número de consumidores, principalmente de clase media-media alta, con actitud aspiracional y que no pueden pagar las piezas de Prada, son el mercado meta de estas tiendas.

La estrategia del Fast Fashion consta de poner al alcance, lo más rápido posible, las prendas copiadas de las marcas lujosas y que roten como mínimo en 4 días. Después de eso, se retiran y se ponen otras. Así no te da tiempo de pensar muy bien en la compra, porque sabes que si decides volver otro día por esa camiseta que te gustó, es probable que ya no esté. El principal factor es que saben jugar con el tiempo de decisión de compra. Entre más rápida y menos pensada sea la adquisición de la camiseta, mejor.


Repercusiones en las Marcas de Lujo
A pesar de la situación, las marcas exclusivas comenzaron a poner más énfasis en la manera en que comunicaban sus productos, destacando la calidad y la exclusividad que te proporcionan. En yuxtaposición con la mala calidad y la no exclusividad que te ofrece el comprar prendas de Fast Fashion.
A pesar de eso, existe un mercado, perfectamente explotado, que no le da importancia a esas variables y con tal de verse a la moda, aunque la ropa le dure sólo unas cuantas lavadas, continúa comprandolas.

Por ley, podríamos decir que son incorrectas las acciones que H&M, Zara y Topshop cometen, ya que se podría considerar plagio; o tal vez sea una estrategia para atraer a ese mercado joven y crear apego emocional a la marca, para que cuando tengan el poder adquisitivo requerido para comprarla, lo hagan.